Neurodesarrollo, Personalidad Y Suicidio
El ser humano humanas desde lo biológico y lo psicológico
Preguntaba el doctor Cesar Castellanos en un
curso taller, si lo psicológico se puede separar de lo biológico. Con esta
pregunta, cuya respuesta es que no hay división, definió el campo de acción de
la Neuropsicología para tratar los temas de Neurodesarrollo, Personalidad y
Suicidio.
La Neuropsicología es una disciplina que estudia
la estrecha relación que hay entre el cerebro y el comportamiento.
Para poder comprender diferentes comportamientos
y personalidades es preciso conocer y entender el complejo y hermoso órgano
conocido como el cerebro. A la luz del conocimiento este ha crecido en los
últimos tiempos, pudiendo ser la razón el consumo de mejores alimentos o porque
la expectativa de vida se ha alargado de los 50 a 75 años.
Estudiando las diferentes partes del cerebro hay
que enfatizar los 4 territorios más importantes que son el lóbulo frontal, el parietal,
el temporal y el occipital.
Tal es la naturaleza de este, que nuestros
sentidos solo son canales para transportar información. Nuestros ojos no ven,
el cerebro ve, nuestros oídos no escuchan, el cerebro escucha, la nariz, la
lengua, el tacto por igual. Los sentidos son sensores que transportan
información a donde debe llegar y ese lugar es el cerebro.
Solemos escuchar con frecuencia que la mujer
tiene un sexto sentido que el hombre no tiene. ¿Será cierta esta hipótesis? La
verdad yo no lo sé, pero sí sé que el cerebro de las féminas tiene
características muy particulares a la de los hombres que les permiten
desarrollar otras capacidades, entre estas están el centro del habla. La mujer
tiene dos a diferencia del hombre que solo tiene uno. Eso permite que si el
cerebro de la mujer sufre un trauma que dañe este centro, automáticamente el
cerebro utiliza el otro que le queda, función que el hombre no puede al igual
que todo mamífero macho… Creo que las feministas estarían fascinadas al leer
esta información.
El cerebro de los hombres es menos plástico, es
decir, tiene dificultades para adaptarse. Autismo y otros trastornos se dan más
en los hombres. El cerebro femenino en cambio, tiene la capacidad de adaptarse,
logrando así las niñas adquirir el lenguaje primero que los niños.
Gracias a la plasticidad del cerebro de las
mujeres, estas tienen la capacidad de emitir 7 mil palabras por día, en cambio
los hombres solo 3 mil.
Este es un dato sumamente importante que va a
responder la gran pregunta de los hombres de por qué las mujeres hablan tanto.
Anteriormente hice mención de problemas que a la
vista de muchos el diagnóstico es ‘’loco’’, pues ahora comentaré algunos de
esos, aclarando de entrada que los mismos con un tratamiento médico en su
mayoría se curan.
Hemos visto a personas que de un momento a otro
dejan de reconocer los rostros de familiares y conocidos. Esto según los
estudios se conoce como Prosopágnosia, perdida de la habilidad de reconocer
caras por la vista. El sujeto puede reconocer por el tacto, por el olor o la
voz.
Afasia de Wernicke,
pérdida o dificultad en la comprensión verbal y la repetición.
Afasia Anómica es frecuente en la vejez, pero
muchos suelen sufrirla antes. Con esta condición a la persona se le olvidan los
nombres de las cosas, suelen llamar a una persona por diferentes nombres hasta
que recuerdan.
La perseveración, se da cuando el sujeto insiste
en la realización de una actividad inútil o que está mal.
Estos son algunos de los males que se dan en el
lóbulo frontal.
Como se puede apreciar, el lóbulo frontal ocupa
el mayor espacio en el cerebro, un tercio para ser precisos y es este el que
nos diferencia de toda especie animal, pues nos da la capacidad de amar, pensar,
soñar, etc.
En este lóbulo está la corteza prefrontal. La
misma por su importancia es como un Mercedes Benz, el piloto de un avión. Es
decir, es lo más exquisito del cerebro, pues es la que realiza todo nuestro
comportamiento.
En el lóbulo frontal se encuentra la corteza
orbitofrontal. La misma se encarga de inhibir las emociones tanto las positivas
como las negativas. Si hay una disfunción en este, el sujeto se deprime, le da
luz verde a todo lo negativo así como no controla las emociones positivas. Esta
disfunción la psiquiatría le llama Bipolaridad.
El orbitofrontal debe madurar y es el que más
tarda en eso. Su proceso de maduración desacelera a los 20 años. En un niño,
adolescente o joven se debe ayudar a madurar, pues a esas edades no se inhibe
adecuadamente, no sabe lo que quiere, no considera las consecuencias de una
acción...
También los orbitofrontales son importantes para
determinar el juicio moral, tener la capacidad de identificar qué acciones
están bien y cuales están mal. Es lo que
se conoce como el súper yo de Sigmund Freud. De igual modo recaen aquí los
valores morales. Si están muriendo o hay pérdida de tejidos de los
orbitofrontales, se pierde la regulación moral. Esto se observa en las personas
de la tercera edad que suelen decir y hacer cosas inapropiadas como cuentos
colorado, piropear a toda mujer, salir sin camisa porque hay calor, etc. Con
medicamentos esto se puede frenar.
Considerando estas premisas vale subrayar que los
trastornos de personalidad recaen en los orbitofrontales.
En este mismo orden de ideas, es conveniente
entonces hablar sobre la ‘’Castración del deseo’’ que viene del control
inhibitorio y se encuentra en el lóbulo orbitofrontal. Un estudio realizado en
la universidad de Stanford tomó como objeto de estudio a 32 niños, 16 chicas y
16 chicos de 5 a 6 años. Esto se conoció como el experimento del malvavisco.
Todos fueron llevados a una sala donde se les pidió permanecer y no comer los
malvaviscos que allí estaban, de no hacerlo serian recompensados con otros para
degustar. De este estudio solo el 30% hizo lo que se les pidió, pese al deseo
permanecieron sin comer los malvavisco. Sin embargo, el 70% no cumplió lo
pedido. 20 años después localizaron a todos los niños que eran hijos de
maestros de la universidad y del 70% casi la mitad había fracasado, no obstante
todos los del 30% tenían una vida estable y habían logrado las metas
planteadas. Con este experimento se demostró que la teoría de Freud de la
Castración del deseo (capacidad para decir que quiero algo, pero no debo), es
el principio de la sociabilidad. Decir un NO ante todo lo que un niño quiere es
una forma de enseñarle a inhibir los deseos, las emociones positivas y
negativas, a tener control conductual, atención selectiva y aprender a esperar
la postergación de la gratificación.
En el orden de los planteamientos de entrada,
cabe hablar de la personalidad. Cuando se habla de personalidad se suele hacer
referencia a la esencia de las personas, a la descripción de cómo eres como
sujeto, alegre, optimista, sociable, aburrido o negativo, pero hay que
considerar antes de catalogar, que la personalidad se construye modificando conductas y esas
conductas no siempre son dadas en el sujeto de forma pensada y calculada.
Cuando somos felices y eso lo transmitimos,
mostramos conductas que son agradables para los demás, pero ¿qué pasa cuando no
puedes ser feliz a causa de que tu cuerpo no produce una sustancia que te lo
permite? Pues resulta que cuando nuestro cuerpo no produce ‘’Dopamina’’, (un
neurotransmisor, conocido por muchos como la hormona de la felicidad), el
sujeto suele estar decaído y suele no encontrarle sentido a la vida. Como su
cuerpo no produce lo que le permite sentir felicidad, es cuando el sujeto
prueba todo tipo de cosas que le hagan sentir bien, jugar, tomar alcohol,
consumir drogas, etc. El ser humano necesita ser feliz y es en esa búsqueda que
puede encontrarse con el camino erróneo para serlo.
Tengamos deficiencias o no para producir esta
hormona, podemos día a día hacer cosas para producirla, abrazar, besar, bailar,
escuchar música, socializar, decir palabras bonitas, pasear, compartir con
amigos, etc. Esta es una de las causas muy lamentables de suicidios en muchos
jóvenes que no le encuentran sentido a la vida, aun teniéndolo todo.
En suma, según he citado, se evidencia la
relación que hay entre el cerebro y el comportamiento, y como distintas condiciones físicas son la
causa de males que nos hacen catalogar a otros de padecer problemas psicológicos
y que por ninguna razón estamos en la competencia de diagnosticar a nadie solo
por nuestro parecer.
El cerebro humano posiblemente seguirá
expandiéndose como lo ha hecho hasta ahora, pero deberíamos preguntarnos si el mal
uso del celular, los chateos, o el dembow van a contribuir a su desarrollo o a
su mutilación…
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